Tutoría: crónica de una muerte anunciada (Victor Cuevas)

Publicado: 10 septiembre, 2011 en Comunicados

Con estupefacción compruebo que es cierta la noticia de El País sobre la supresión de la tutoría en Secundaria en la Comunidad de Madrid para el próximo curso 2011-12. Nuestra Consejería de Educación ha decidido acabar con la hora lectiva de tutoría en todos los cursos de Educación Secundaria Obligatoria (antes el Ministro Gabilondo del PSOE había hecho lo mismo con la tutoría de Bachillerato para poner Religión en su lugar) para que los centros decidan, según sus necesidades, ofertar Lengua, Matemáticas e Inglés. Hasta aquí la información, pincha al final de la entrada para ver las Instrucciones de la Consejería de Educación).

Cuando la LOGSE recogió en su preámbulo y su articulado la importancia y el valor de la tutoría y la orientación como un factor de calidad del sistema educativo, en los centros de Secundaria se establecieron por vez primera en España planes específicos para todo el alumnado (importante matiz) con tres ejes de intervención: Acción Tutorial, Orientación Académica y Profesional y Apoyo al Proceso de Enseñanza y Aprendizaje. La LOGSE, de cuyos errores prefiero no hablar y sí glosar ahora uno de sus aciertos, establece un modelo de trabajo sistémico entre todo el profesorado tutor junto con el orientador y jefatura de estudios que permitía abordar el hecho educativo desde múltiples perspectivas y, en particular, la tutoría. Este enfoque se aborda desde el trabajo cotidiano en las aulas a través de un eficaz sistema de coordinación y asesoramiento. Siempre sujeto a mejoras, en mi experiencia como orientador desde 1998, la tutoría ha servido para poder encauzar adecuadamente los procesos educativos que se dan en las aulas: gestión de conflictos, aprender a convivir, aprender a ser personas… En ese espacio privilegiado de tutoría, además, hemos trabajado desde la Eduación Sexual hasta la prevención de drogodependencias, pasando por la conciliación de la vida familiar o el tratamiento de los roles en la adolescencia. Como podéis ver, se trata de contenidos muy específicos impartidos en muchas ocasiones con el apoyo de profesionales expertos ajenos al centro que desarrollan estos programas bajo la coordinación del Departamento de Orientación y los propios tutores. Por si fuera poco, en la tutoría, en la hora lectiva, de desarrolla el Programa de Orientación Académico y Profesional, de extraordinaria importancia a partir de 3º de ESO en adelante, incluyendo Bachillerato.

Pero la tutoría es más, mucho más. El profesor tutor, una figura de máxima importancia en el centro educativo, es el contacto directo con las familias y el coordinador de las sesiones de evaluación o reuniones de seguimiento de su grupo de alumnos. Es el tutor, como figura de referencia para familias y los propios alumnos para el centro educativo, quien conoce más de cerca a cada alumno de su grupo y quien hace circular las informaciones sobre su contexto familiar o social que sean relevantes para su proceso de aprendizaje. Además, tiene una serie de obligaciones legales inherentes a su cargo: gestión de comunicaciones con las familias, puesta de notas, gestión de incidencias… En definitiva, un profesor tutor que haga su trabajo con profesionalidad, tiene una enorme y complicada tarea derivada del proceso educativo (gestión de conflictos, emociones, desarrollo de planes, cuestiones administrativas…) que hicieron en estos años pasados considerar que tuviera alguna compensación por un trabajo extra que no está pagado económicamente.

En este mismo blog puedes encontrar más información sobre las funciones del tutor en Secundaria y Bachillerato. Creo que estas funciones se pueden actualizar (pincha en la imagen para verlas todas), pero en ningún caso suprimir mediante la supresión misma del concepto de tutoría y la mera consideración de que todo lo que acontece en las aulas es mera instrucción. Lamentablemente, volvemos a dar un paso de cuarenta años atrás. ¿Os podéis imaginar que en los países nórdicos se suprimiera la tutoría y la figura del tutor? Yo no, pienso que las sociedades avanzadas lo son porque poner en valor algunos aspectos al margen de la situación económica coyuntural precisamente por el convencimiento de que apostar por la Educación es la mejor inversión que puede hacer un país para salir adelante ante cualquier crisis, presente y futura.

No quiero abundar más en argumentos psicopedagógicos sobre la defensa de la tutoría. Sólo pienso en los hijos de esos políticos que ahora deciden suprimir ese espacio. Les haría algunas preguntas:

  • ¿Cómo van a conocer a sus hijos los profesores en el Instituto sin un espacio específico para ello?
  • ¿Cómo van a trasmitir al profesorado cualquier información relevante sobre sus hijos: una enfermedad, una situación social, etc…? ¿Quedarán con cada profesor uno a uno?
  • Cuando sus hijos tengan algún problema de convivencia en clase. ¿Esperan que se resuelva sólo con la aplicación de sanciones? ¿Si no saben quién es el responsable, cómo actuarán?
  • ¿Cómo se articularán medidas para seguir el proceso de aprendizaje de sus hijos? ¿Asignatura por asignatura, sin coordinación ni conexión entre unos profesores y otros?
  • Si sus hijos tienen alguna necesidades especial, ¿cómo harán para que el resto de los compañeros del grupo lo acojan, acepten y quieran? ¿Por generación espontánea?
  • Si sus hijos tienen algún problema con algún profesor. ¿Cómo lo abordarán, se lo dirán al Director?
  • Si es necesario que todos los profesores tomen alguna medida educativa consecuencia del proceso de aprendizaje, ¿cómo esperan que se tome si no existe una figura que coordine las mismas? ¿Esperan que un orientador con una varita mágica “solucione los problemas”?
  • ¿Cómo van a conseguir que sus hijos aprendan contenidos que no son los curriculares pero que les sirven para la vida? ¿Harán en casa ustedes prevención del consumo de drogas o educación sexual, por ejemplo?
  • ¿Cómo les van a orientar para tomar decisiones relacionadas con su vida académica y profesional?

Seguiría haciendo preguntas de algo que sucederá a partir de septiembre. Es muy sencillo: volvemos a un modelo de educación instructivo y anacrónico, en el que sólo se valora la adquisición de contenidos porque se parte de una concepción del alumnado como mentes vacías que hay que llenar, en un contexto en el que la convivencia y las relaciones están dominadas por la aplicación de sanciones en vez de la gestión de los conflictos. Un modelo en el que la autoridad es del profesor y en el que el alumnado debe tener, per se, una motivación para aprender pasivamente materias durante seis o siete horas diarias, preferiblemente sentado en pupitres individuales. Este modelo está sacado de las películas en blanco y negro de una época de España que algunos pensamos superada. Me diréis que me paso porque ahora muchos centros educativos son bilingües y tenemos un Bachillerato de Excelencia, y hay que valorar el esfuerzo del alumnado… Nunca jamás negaré la importancia del esfuerzo del alumnado, esfuerzo que aparece más fácilmente cuando el profesorado motiva y gestione adecuadamente las emociones en las aulas, precisamente en la tutoría de forma específica. Me llama la atención que se tomen decisiones sobre el futuro de nuestros hijos pensando en cómo se tendrán que desenvolver como ciudadanos del futuro y en la Comunidad de Madrid sólo se aprecie el aspecto puramente académico olvidando otras habilidades necesarias para el mundo que está aquí al lado: trabajo en equipo, gestión de conflictos, inteligencia emocional, aprendizaje a lo largo de la vida, uso de las TIC, interacción con los demás, focalización en la solución de problemas… Aunque esto puede aprenderse fuera de la Escuela, en teoría, es allí donde se debería aprender. La tutoría, junto al resto de las clases, es un lugar específico para ello, sin duda. Pero en Madrid tenemos los centros bilingües, faltaría más, es una exigencia que nuestros hijos aprendan inglés, pero sin renunciar al resto.

Ya lo han conseguido. Primero el PSOE y ahora el PP relegan la tutoría a los libros de historia como si de la crónica de una muerte anunciada se tratara. Supongo que estos políticos que toman decisiones alejados de la vida de los centros educativos o no tienen hijos o sus hijos no necesitan de un tutor que les ayude en su proceso educativo. ¡Suerte!

Me hubiera gustado despedirme de vosotros con otra entrada para desearon felices vacaciones. No ha podido ser. En septiembre, os contaré cómo nos adaptamos a la última ocurrencia de nuestros políticos, cómo me lloverán alumnos para que “les arregle sus problemas“. No han entendido que el proceso educativo es complejo, es fruto de múltiples interacciones. Nunca hubiera pensado que se pudiera llegar a esto.

Como decía Groucho Marx, vamos de derrota en derrota hasta la victoria final.

Hasta septiembre!

Fuente: Educadores21

Deja un comentario